Aunque pocos la recuerdan, la Noche de San Juan en Chile es una de las festividades más enigmáticas del calendario. Con raíces coloniales y tintes paganos, es considerada por muchos como el “Halloween chileno”. Aquí repasamos su origen y los rituales más populares que la acompañan.
Cuando pensamos en brujas, conjuros o portales entre mundos, la mente suele irse directo a Halloween, calabazas, y hojas secas de otoño. Pero en Chile —y en varios rincones de Latinoamérica— existe otra noche igual de mágica, mucho menos comercial, pero cargada de simbolismo ancestral: la Noche de San Juan. Cada 23 de junio, en vísperas del día del santo, las tradiciones populares se reactivan en campos, pueblos y también en algunas ciudades, mezclando rezos con pruebas, fuego con misterio, y superstición con esperanza.
Un origen con raíces cruzadas
La Noche de San Juan en Chile es un sincretismo interesante: mezcla elementos del catolicismo colonial —específicamente, la celebración del nacimiento de San Juan Bautista— con rituales de origen celta y europeo ligados al solsticio de verano en el hemisferio norte. En nuestra geografía austral, el 24 de junio cae justo en pleno invierno, pero no por eso pierde su carga simbólica. Al contrario: es en la oscuridad y el frío donde las creencias mágicas se intensifican.
La influencia española trajo consigo la tradición de celebrar esta noche con fogatas y rituales de limpieza espiritual. Con el paso del tiempo, estas costumbres se mezclaron con la cosmovisión campesina chilena, que encontró en la Noche de San Juan una oportunidad única para “conversar con lo invisible”, como lo describe la etnógrafa Sonia Montecino en sus estudios sobre religiosidad popular.
El “Halloween chileno”: ¿por qué se le llama así?
La comparación con Halloween no es casual. Ambas celebraciones ocurren en una noche en que, según la creencia popular, el velo entre el mundo de los vivos y los espíritus se vuelve más delgado. En ambas, el fuego es protagonista y se busca protección o revelación. Y aunque la Noche de San Juan no involucra disfraces ni dulces, sí implica pruebas, juegos de adivinación y rituales que coquetean con lo oculto.
Para muchos, sobre todo en zonas rurales, esta noche representa una oportunidad para recibir señales del destino, limpiar energías, pedir por el amor o el futuro económico. Las “brujas” o curanderas suelen considerarla una fecha clave en su calendario espiritual.
Las pruebas más populares de la Noche de San Juan
A lo largo de los años, las tradicionales pruebas de la Noche de San Juan se han transmitido como un saber oral, casi secreto, entre generaciones. Algunas son más conocidas, otras más arriesgadas. Aquí te compartimos algunas de las más populares (si decides hacerlas, es bajo tu propia responsabilidad… y con buena onda, por supuesto):
1. El espejo y la vela
A medianoche, en una habitación a oscuras, con un espejo frente a ti y una vela encendida, debes mirarte en silencio. Se dice que aparecerá en el reflejo el rostro de tu futuro amor o una imagen significativa para tu destino.
2. El huevo en agua
Se parte un huevo y se deja caer en un vaso con agua. Durante la noche, la clara toma formas. Si se forma algo parecido a un anillo: boda a la vista. Si parece un ataúd… mejor dormir con luz prendida.
3. El zapato bajo la cama
Antes de dormir, deja tu zapato derecho bajo la cama. A la mañana siguiente, si apunta hacia la puerta, se avecina un cambio importante en tu vida.
4. El papel quemado
Escribes una pregunta en un papel, lo quemas en una fuente y observas las formas que dejan las cenizas. Es una especie de lectura simbólica, como un horóscopo personalizado.
5. Las tres papas
Una tradición clásica. Se pelan tres papas: una completamente, otra a medias y una sin pelar. Se colocan bajo la cama o en una bolsa. Al sacar una con los ojos cerrados, se interpreta el estado económico o afectivo del próximo año: pelada = pobreza, a medias = altibajos, sin pelar = abundancia.
6. La flor de la higuera.
Se dice que la higuera florece en la Noche de San Juan sólo por breves minutos. Quien logra subir a lo alto de las ramas para capturar la flor y lograr llevársela, tendrá riqueza y felicidad para toda la vida.
7. La tinta
A las 12 de la noche derramar una gota de tinta en un papel. Doblarlo en varias partes y ponerlo bajo almohada. A la mañana siguiente hay que extender el papel y ver las figuras que se crearon, las que contendrán mensajes que hay que descifrar.
8. Los porotos y el amor
Enterrar 3 porotos con los nombres de 3 pretendientes, el que al otro día haya brotado, o el que brote primero, será el que se convertirá en su pareja.
9. El espejo
Poner frente a un espejo cubierto con un paño blanco una fuente con agua y junto a ella dos velas encendidas. Ahí se verán visiones extrañas sobre el futuro en el reflejo del agua.
10. La guitarra
En esta noche especial, se puede aprender a tocar guitarra “mágicamente”. Sólo hay que atreverse a llevar la guitarra a una higuera cuando sean las 12 de la noche, y «alguien» -se dice que el diablo-, tomará sus manos, las pondrá en su guitarra y comenzará a tocar como por arte de magia.
11. Encuentro con el amor futuro
Si se está soltero o soltera, debe asomarse por la ventana a las 12 de la noche en punto y verá pasar a su futuro marido o mujer en persona.
12. Las agujas y el matrimonio
Colocar dos agujas nuevas, separadas entre sí, en un plato con agua. Si a los minutos éstas se juntan, quiere decir que habrá matrimonio para la persona que realizó la prueba.
13. Agua bendita
Beber agua antes de que salga el sol la madrugada del 24 de junio, la que según la creencia popular, fluye más bendita y pura.
14. Invitar a un desconocido
Una tradición muy común del Chile del pasado, la cual indicaba que durante la noche de San Juan había que salir a la puerta de la casa, invitar a la primera persona que pasara, e invitarla a sumarse a la festividad.
15. El Diablo en el espejo
A las doce de la noche en punto se puede ver en el reflejo de un espejo al Diablo, dispuesto a negociar cualquier trato interesante a cambio de su alma.

Una celebración que resiste…
Hoy en día, la Noche de San Juan en Chile ha perdido algo de visibilidad, sobre todo en las ciudades. Pero en zonas rurales —como el sur de Chile, el Maule o la Araucanía— sigue viva, con veladas alrededor del fuego, lectura de oráculos caseros y una sensación colectiva de estar participando en algo que va más allá de la lógica.
Y tal vez por eso mismo, está viviendo una suerte de renacimiento entre nuevas generaciones, especialmente aquellas interesadas en la astrología, la energía, y el rescate de saberes ancestrales. Plataformas como TikTok e Instagram han revitalizado su imaginario, mezclando mística, humor y rituales “estéticamente bellos” para captar nuevos ojos curiosos.
En tiempos de velocidad, algoritmo y exceso de información, la Noche de San Juan invita a algo radicalmente distinto: el silencio, la introspección, la pausa. Una noche donde el fuego es guía, y donde lo simbólico se celebra sin vergüenza. Quizás no sea Halloween, pero tiene su propia magia… y es bien nuestra.