Con residencia entre Santiago y Algarrobo, esta pareja de la tercera edad cuenta cómo llevan esta etapa de su vida y cómo los trata el Estado y, en general, la gente en la calle en un país que está envejeciendo aceleradamente.
La tercera edad en Chile es parte de una población cada vez más numerosa. Así lo ratifican las estadísticas del último Censo, correspondiente al año 2024, contexto en el que quisimos indagar en cómo viven los adultos mayores en nuestro país, específicamente pensando en una pareja de clase media.
Razón por la que contactamos a la señora María Teresa Vilches, quien junto a su marido Santiago, nos contó cómo enfrentan ambos la tercera edad con tres hijos adultos y una vida que transcurre entre Santiago y la Región de Valparaíso, donde desde hace un par de años tienen una parcela en la que disfrutan de una existencia algo más tranquila que la que ofrece la capital en tiempos tan vertiginosos como desafiantes.
Comerciantes desde hace varias décadas, este matrimonio se encuentra celebrando sus 50 años desde que legalmente se constituyeron como tal. Lo que les permitió acceder al Bono Bodas de Oro que entrega el Estado. Dinero que les llegó de manera expedita, lo que siempre es bienvenido para una pareja de la tercera edad, pese a que ellos se encuentran plenamente activos, trabajando como siempre, aunque con menos demanda que cuando eran más jóvenes y lideraban un proyecto familiar con responsabilidades económicas de envergadura.
“El bono nos vino como anillo al dedo, nos sirve mucho porque con la pensión que recibimos, con eso nos tenemos que arreglar. También tengo una tengo una hija que nos arrienda una casa que tenemos en Santiago, con eso nos ayudamos”, comenta María Teresa respecto de sus finanzas extra laborales, ahora que junto a su marido son parte de una creciente tercera edad en un país como el nuestro, con tasas de natalidad bajísimas que incluso han sido tema en medio del despliegue de la campaña presidencial que actualmente enfrenta nuestro país.
Además, comenta nuestra entrevistada, quien en noviembre cumplió 70 años, les “han dado bonos para la parafina, todo eso ayuda”.
En cuanto a la otra pregunta de cómo nos trata a gente, agrega, “a nosotros en general nos tratan bien, sobre todo la gente joven cuando uno va a hacer un trámite, uno va a comprar, nos atienden súper bien, no voy a decir que toda la gente se comporta así, pero en general los jóvenes son súper buena onda con nosotros, son muy buena onda, no tengo nada que quejarme».
Su marido, en tanto, ratifica el relato. “También voy a decir que a nosotros la gente nos trata bien, sobre todo los cabros jóvenes, nos atienden bien, en la micro nos dan el asiento, tienen más predisposición a escucharte, no sé, encuentro que la gente se trata bien ahora”, comenta ofreciendo un esperanzador testimonio en una sociedad donde las estadísticas aluden a una cada vez más masiva población de gente de la tercera edad.
“No sé antes, porque antes yo no era viejo, pero ahora que estoy viejo, en 70 años, siento que nos tratan bien. Que si andamos con algún paquete, un bulto, también nos ayudan al tiro. Así como cuando ayudan a una señora cuando anda con un coche en el micro. Donde vayamos no nos atienden bien, eso lo he notado yo hace tiempo ya”, revela don Santiago.

Celebrando su tercera edad con el Bono Bodas de Oro
Y en medio de esta etapa de su vida, esta pareja santiaguina de la tercera edad, cuenta que hace sólo unas semanas, recibió su Bono Bodas de Oro. “No pensaba que que existía. Había escuchado que existía el bono, pero nunca pensé en tomarlo en cuenta, ni siquiera en postular, pensaba que era una cuestión así medio difícil de conseguir, que había que hacer harto trámite”, comenta él.
“Pero no, fue súper, súper fácil. Fuimos una vez a Chile Atiende, nos atendieron muy bien. Nos dijeron que teníamos dos direcciones diferentes, porque una era la del trabajo, pero nosotros hemos vivido juntos siempre en el mismo lugar, hasta que nos fuimos a Algarrobo. Entonces, nos dijeron que teníamos que tener la misma dirección los dos, así que hicimos el cambio y todo resultó muy rápido”, cuenta Santiago.
Respecto de los plazos, detalla que estos no superaron el mes. “Se demoró un poco menos de 20 días, casi un mes. Fuimos a preguntar de nuevo a Chile Atiende, nos atendieron muy bien de nuevo, y nos hicieron la postulación”, cuenta relevando lo expedito que resultó todo.
Feliz de este beneficio para la población de la tercera edad en Chile, nuestro entrevistado detalla que una vez hecho este trámite, la misma persona que los atendió, chequeó que tanto él como su señora, ya tenían los requisitos cumplidos. “Estábamos aceptados. Nos dijo que en 20 días más, más o menos nos podría llegar y nos llegó como en 18 días el depósito”, cuenta.
“Nos dieron $222.000 a cada uno. La última vez que fuimos, nos pidieron la Cuenta RUT (BancoEstado) a cada uno. Así que me llegó una sorpresa porque yo no tenía pensado recibir estas esos $220 mil, porque en realidad yo nunca he pensado en esas cosas, toda la vida me he dedicado a trabajo nomás”, admite.

Atención de salud para la tercera edad en el servicio público
De hecho, esta pareja de la tercera edad desde hace varios años comenzó a atenderse algunas patologías o cuadros cotidianos, en el Cesfam Bellavista de La Florida, donde viven en Santiago.
«En el consultorio hacen hartos exámenes. La atención es buena, generalmente tienen a cabros jóvenes que atienden. Y en lo administrativo, también atienden bien”, cuenta el marido de la señora María Teresa.
Y los profesionales que trabajan ahí, agrega, «también atienden bien, pareciera que fueran profesionales que trabajan con harta conciencia, son como personas de clase media que ha estudiado y se meten a trabajar al consultorio porque piensan que es necesario estar al servicio de esta demanda».
«Uno siente eso», comenta a renglón seguido quien padece de diabetes, patología que también se atiende en el servicio público. “Me hacen muchos exámenes y me dan todos mis remedios, en mi caso, me dan la insulina, me dan las jeringas, todas. Todo cada 30 días, me pasan 30 jeringas, me pasan la insulina, me dan la metformina, el remedio para la presión, también para el colesterol. Y en todo lo que me tienen que tener controlado, también me citan», detalla.
“Yo encuentro muy buena la atención en el consultorio”, resume.
Consultados luego respecto de otros beneficios que esperaría tuviera la tercera edad en nuestro país, Santiago sincera que le interesaría que hubiera “un bono para los adultos mayores que necesitan más, porque hay remedios que nos los dan el consultorio”.
“Como en el caso mío, que para la próstata tomo una cápsula que me la dan también por el GES (Garantía Explícitas en Salud), pero no me la dan en el consultorio, me la dan en el hospital de la Florida”, detalla.
“Pero sí podría haber un bono para algunos remedios que no dan. O para otros exámenes que no están considerados, como el examen de la próstata, que yo me lo tengo que hacer en el hospital de la Universidad de Chile. Ahí me lo hice la otra vez y gasté, entre consultas y exámenes, como $100 mil”, dice quien es usuario de Fonasa.
Mi señora, dice al finalizar su diálogo con nuestro medio, «las mamografías se las hace aparte, porque también a veces no hay hora altiro, entonces paga aparte la mamografía y la ecotomografía que se tiene que hacer casi todos los años para las mamas”.
Imágenes: Cortometraje Tercera edad dicen que somos, ”El agente topo» y CHV