Adultos mayores: Geriatra detalla cómo protegerlos del intenso frío con temperaturas de -1 y más bajas

Adultos mayores
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Los adultos mayores, “por distintos cambios del envejecimiento, tienen mayor dificultad para regular su temperatura corporal”, releva la experta de la Sociedad Chilena de Medicina del Estilo de Vida (Sochimev), María Ignacia Morales.

Con días particularmente helados, los adultos mayores son una población a la que es importante atender. Más todavía considerando que el invierno recién comienza, contexto en el que la doctora María Ignacia Morales, geriatra de la Sociedad Chilena de Medicina del Estilo de Vida (Sochimev), comparte con Terciopelo algunas apreciaciones importantes para cuidar a nuestros adultos mayores en momentos de temperaturas bajas.

«Los principales riesgos que enfrentan las personas mayores durante el invierno tienen que ver, por una parte, con las enfermedades respiratorias, por la peor calidad del aire que hay en invierno, la menor ventilación de los espacios cerrados y el aumento de la circulación de virus respiratorios, que aumenta la posibilidad de contraer infecciones respiratorias y, a su vez, esto puede exacerbar o descompensar condiciones preexistentes”, sostiene la experta.

Por ejemplo, releva, “si hay enfermedades pulmonares crónicas o enfermedades al corazón», los adultos mayores «se pueden ver descompensados por estas infecciones respiratorias”.

Mientras que, complementa, desde “el punto de vista cardiovascular, también se ha visto que en el invierno aumenta el riesgo de infarto al corazón” en adultos mayores.

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“Esto se cree que es porque las temperaturas bajas aumentan la presión arterial. Entonces, en personas que tienen factores de riesgo para infarto, esta alza de la presión arterial podría descompensar y provocar un infarto al corazón», destaca apuntando, justamente, a esta población.

Por otro lado, complementa, «tenemos las consecuencias propias de las bajas temperaturas». En consecuencia, agrega, los adultos mayores, «por distintos cambios del envejecimiento, tienen mayor dificultad para regular su temperatura corporal. Entonces, ante el frío, pueden tener mayor riesgo de hipotermia o congelación si es que no se toman las medidas apropiadas para prevenirlo, por ejemplo, si va a salir al exterior, salir bien abrigado, protegerse adecuadamente del frío y evitar la exposición prolongada a la intemperie».

«También el frío puede favorecer la rigidez de las articulaciones, especialmente en personas con artrosis y exacerbar el dolor, rigidez y dificultad en la movilidad. Por último, también pueden haber problemas circulatorios. Por ejemplo, que las manos o pies se pongan fríos, lo que puede llevar a sensación de adormecimiento o malestar y esto también dificultar la movilidad» de los adultos mayores, detalla la experta.

Y en relación a los «síntomas que debiéramos estar atentos» con los adultos mayores, complementa, por una parte, tenemos «síntomas de resfrío o de infecciones respiratorias, por ejemplo, mucosidad, tos, dificultad respiratoria, dolor de cuerpo, fiebre».

También en los adultos mayores, comenta la geriatra, «a veces las descompensaciones de enfermedades o las infecciones se manifiestan de forma más inespecífica, es decir pueden presentarse simplemente como decaimiento, estar más dormido, más somnoliento, no querer levantarse o incluso confusión o desorientación, eso se llama delirium, y puede ser una manifestación de que hay alguna infección o descompensación de alguna enfermedad de base ocurriendo».

Siendo así, recalca Morales, estos síntomas que desglosa, «nos deben poner en alerta» para mantener bajo cuidados específicos a quienes pertenecen a la tercera edad. Más todavía considerando que en los últimos días el frío se ha sentido intensamente en nuestro país, lo que evidentemente afecta a nuestro adultos mayores.

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Adultos mayores en residencias

Respecto de aquellos adultos mayores «que viven en establecimientos de larga estadía o ELEAM (Establecimientos de Larga Estadía para Adultos Mayores), se trata de personas que son particularmente frágiles», y que «por lo general tienen múltiples comorbilidades, ocupan muchos fármacos», sostiene la especialista.

Siendo así, ilustra, «pueden tener algún grado de deterioro cognitivo o problemas de movilidad y algún grado de dependencia en sus actividades de la vida diaria. Entonces, todo esto va a determinar una mayor vulnerabilidad a distintas infecciones o problemas de salud.

«Entonces, en estas personas se deben extremar algunas de las precauciones que hemos conversado, que es el uso de ropa adecuada para prevenir la exposición al frío, mantener una alimentación adecuada, una buena hidratación y es fundamental la prevención del contagio de virus respiratorios y esto se logra a través de una adecuada higiene de manos e higiene respiratoria», destaca a renglón seguido.

Es decir, comenta liego, «si hay algún residente o funcionario que esté con síntomas respiratorios, promover el uso de mascarilla y el lavado de manos, por supuesto, y promover el uso de la vacunación. Actualmente, para las personas mayores se recomienda la vacunación con influenza y COVID de forma anual y además la vacunación contra neumococo, que es la bacteria que causa la neumonía, una vez a partir de los 65 años».

Estas, asegura Morales, «son las vacunas que están incluidas en el Plan Nacional de Inmunización».

Y respecto a los cuidados que hay que tener, detalla la geriatra, por una parte es importante «lograr una calefacción adecuada del hogar y el uso de ropa adecuada que permita protegerse del frío».

Sin embargo, destaca, hay otros resguardos relevantes de adoptar, tal como la misma Morales lo comenta. «De todas maneras, igual es importante ventilar el hogar durante el día para que la calidad del aire no empeore debido al uso de calefacción«.

Pero además, dice, «es importante mantener una adecuada nutrición, una adecuada hidratación. A veces con el frío las personas pueden tener menos apetito, entonces es importante incentivar la ingesta de alimentos. También la ingesta de alimentos calientes va a ayudar a regular la temperatura corporal».

«Es importante que las personas mayores no se dejen de mover», dice luego la geriatra de la Sociedad Chilena de Medicina del Estilo de Vida (Sochimev).

Atendiendo a esta necesidad, Morales aboga porque «ojalá que no se queden acostados en cama porque hace frío, sino que se abriguen bien y se levanten de todas maneras, porque moverse es fundamental para preservar su funcionalidad, su masa muscular».

«Y hay que estar atento en caso de que aparezcan síntomas inusuales, como mencionamos al principio, síntomas respiratorios, confusión y desorientación, para acudir a un servicio de salud», concluye.

Imágenes: Pixabay

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