Las sopaipillas típicas de nuestro país son un básico para pasar los días de lluvia y frío en este lado de Sudamérica.
Pese a que el invierno recién asoma, en nuestro país las sopaipillas ya están siendo unas de las grandes protagonistas de estos días helados en Chile, siendo habitual verlas protagonizando hasta despachos televisivos de los matinales cuando llueve.
Porque indudablemente, las sopaipillas son un clásico en esta parte de Sudamérica, particularmente en Chile. De hecho algunos suelen consumirlas acompañadas con distintos productos, mientras hay quienes se inclinan por disfrutar de su sabor más bien original y puro, sin incorporarle nuevos a esta gran experiencia para nuestro paladar.
Y este último fin de semana de junio, cuando muchos niños se encuentran de vacaciones de invierno en en medio de un pronóstico que ya habla de precipitaciones en distintas zonas del país en las próximas jornadas, cocinar para ellos puede ser una gran alternativa.
¿Tiene algún grado de dificultad atreverse con esta receta? No, las sopaipillas son muy fáciles de preparar, como se constata en la preparación que compartimos en esta nota.

Receta clásica de sopaipillas
Los ingredientes para esta deliciosa receta, son
- 1 1/2 taza de zapallo cocido y molido.
- 1 pizca de sal
- 3 cucharadas de manteca derretida.
- Aceite suficiente para freír
- 1 cucharadita de polvos de hornear gourmet
- 3 1/2 tazas de harina sin polvos de hornear.
Preparación
En una olla ponga a cocer el zapallo cubierto en agua, con sal a gusto. Una vez que este haya hervido, déjelo a medio gas semi tapado, por unos 25 minutos. Con un tenedor, chequee que esté listo y cuando así sea, déjelo reposar unos 15 o 20 minutos para que se entibie, lo que evitará que se queme al elaborar las sopaipillas.
Luego, lleve el zapallo cocido previamente molido a un bowl, en una suerte de papilla hecha con un poco de agua de su propia cocción, siempre cuidando no excederse en ella.
La idea es ir tanteando si se suma más agua a la preparación, una vez que este ya se haya empezado a incorporar con la manteca, los polvos de hornear y la harina en el recipiente destinado a la elaboración de nuestras sopaipillas caceras.
Una vez que la masa esté lista, esto es con los ingredientes completamente integrados, quedando perfectamente manipulable, hay que formar una bola con ella.
Se esparce un poco de harina en la mesa de trabajo, y con la ayuda de un uslero se da inicio a la elaboración de las sopaipillas. Lo que se hace estirando toda la masa según el espesor deseado, lo que se traducirá en una preparación más delgada o gruesa.
De esta manera, si gusta de sopaipillas carnosas, debe preocuparse de darles el grueso adecuado, lo mismo si las desea más livianas.
Con la ayuda de una taza volteada, vaya formándolas y cortándolas para luego darle unos tres o cuatro pinchacitos con un tenedor, para evitar que estas se inflen durante su cocción.
Cúbralas con un paño de cocina, y cuando vaya a comerlas, ponga abundante aceite en una olla o en una sartén, llévelo a fuego alto y cuando esté bien caliente, y empiece a freír sus sopaipillas, por ambos lados, por lo que debe darlas vueltas si así lo desea, chequeando que estén doradas y cocidas. Sin sobrepasar el punto de cocción para evitar que queden duras, privilegiando siempre un producto final lo más esponjoso posible.
Paralelamente, es muy importante tener a mano una fuente con servilletas, o suficiente papel absorbente para depositarlas en ella previo a su consumo.
Tip: Hay gente que sirve las sopaipillas con azúcar flor, manjar, mermelada o incluso palta, por lo que esa también es una opción que se suma al ketchup o mostaza que para algunos son infaltables a la hora de consumirlas.

Y también está la receta de las sopaipillas pasadas, que se elaboran con chancaca y que demandan un poco más de tiempo de preparación, pero que también son deliciosas y pueden incluso servirse como postres o a la hora del desayuno y del té.
Para quienes se animen, compartimos en el enlace adjunto.
Crédito registros de Youtube y pantallazos: Canal 13/Gourmet/Alvaro Barrientos Montero