Inolvidable historia de las boys band: desde los Jackson 5 hasta BTS, un fenómeno que sigue reinventándose

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Las boys band han sido un espejo de cada generación: bailan, cantan, enamoran y evolucionan con los tiempos. Desde la dulzura setentera de los Jackson 5 hasta el fenómeno global de BTS, su historia es también la de la cultura pop misma.

La historia de las boys band no es solo una sucesión de grupos que armonizan al cantar. Es un relato emocional, cultural y generacional. A través de sus letras, coreografías y estilos, estas bandas han capturado el pulso de distintas épocas, acompañando los sueños adolescentes y generando histerias colectivas que van mucho más allá de lo musical.

Y aunque algunos las ven como un “placer culpable” o una moda pasajera, lo cierto es que la boys band como formato ha demostrado ser tan adaptable como popular. Un arquetipo que ha sabido renacer con cada década y que hoy, con el regreso de New Kids on the Block a los escenarios, nos invita a mirar hacia atrás y recorrer un camino que mezcla talento, estrategia, estética y emoción.

El punto de partida: los Jackson 5

Para muchos, los Jackson 5 son la piedra fundacional del género. Surgidos a fines de los 60 bajo el ala de Motown, los hermanos Jackson —y especialmente el pequeño Michael— redefinieron el concepto de “grupo juvenil”. Carisma, armonías soul, pasos coordinados y un look pulido. Lo tenían todo. Más que una boy band, fueron el prototipo sobre el que se construyó todo lo que vino después: juventud, simpatía, y una narrativa de hermanos prodigio con trasfondo familiar potente.

Jackson 5

Su éxito fue apabullante y su influencia, inmensa. No solo abrieron la puerta a artistas afroamericanos en el mainstream, sino que sentaron las bases del pop espectáculo.

La generación noventera: histeria, pósters y MTV

En los 80, el modelo fue replicado y mutado por bandas como New Edition, pero el gran quiebre se produjo a fines de esa década con el surgimiento de New Kids on the Block, fabricados por el productor Maurice Starr, quien buscaba una versión blanca de New Edition con la fórmula “todo para las adolescentes”.

NKOTB 1

NKOTB fue una bomba pop: cinco chicos carismáticos, canciones pegajosas y un ejército de fans que colapsaba estadios. Sus giras fueron espectáculos coreografiados al milímetro, y con ellos nació el fenómeno del merchandising masivo: mochilas, muñecos, revistas y VHS con coreos para aprender en casa.

Take That

El modelo se consolidó en los 90 con Take That en Reino Unido, liderados por Gary Barlow y con Robbie Williams como rebelde interno. Su éxito europeo fue el preludio de una invasión mucho mayor: la llegada de los Backstreet Boys y NSYNC, dos titanes del pop juvenil made in USA.

Backstreet Boys
NSYNC

Mientras BSB ofrecía un perfil más romántico y armónico, NSYNC —con Justin Timberlake a la cabeza— apostaba por una estética más moderna y urbana. Ambas dominaron la era dorada de MTV, los premios Teen Choice, y se transformaron en íconos de estilo, baile y adoración masiva.

Los 2000 y el quiebre del molde

La fiebre bajó un poco en los 2000, pero no desapareció. El formato mutó. Aparecieron bandas como Jonas Brothers, Big Time Rush o The Wanted, pero el fenómeno más potente fue, sin duda, One Direction. Surgidos del reality The X Factor, y con un marketing más “desordenado” y espontáneo, 1D capturó a una nueva generación que ya vivía en redes sociales.

One Direction

Su estilo más casual, con poca coreografía y más guitarras, mostraba que las boys band también podían dejar atrás el molde de la producción pulida. Zayn, Harry, Louis, Liam y Niall eran distintos, pero juntos funcionaban. Y aunque su pausa en 2016 dejó huellas en sus fans, cada uno siguió caminos solistas que prolongaron su vigencia.

BTS y el dominio del K-pop

Ninguna historia de las boys band estaría completa sin hablar de BTS. Los surcoreanos no solo se convirtieron en la banda más exitosa de la última década, sino que rompieron todas las fronteras culturales y lingüísticas.

Con una propuesta visual cuidada, letras que abordan salud mental, autoaceptación y críticas sociales, y una legión de fans hiperconectada (el ARMY), BTS representa el clímax del fenómeno. Además, impusieron un nuevo estándar: entrenamiento vocal, físico y emocional; videos cinematográficos; y una ética de trabajo casi inhumana.

BTS

Su éxito global demostró que las boys band no son un fenómeno occidental, y que en la era digital el talento puede ser más fuerte que cualquier idioma.

Menudo: el fenómeno latino que marcó a toda una generación

No se puede hablar de la historia de las boys band sin detenerse en Menudo, la agrupación puertorriqueña que arrasó en Latinoamérica —y más allá— desde fines de los años 70. Creado por Edgardo Díaz, Menudo fue pionero en profesionalizar el formato: marketing, coreografías, renovación de integrantes al cumplir cierta edad, y una maquinaria de discos, giras y merchandising sin precedentes en la región.

Aunque el grupo cambió de formación muchas veces, nombres como Chayanne, Ricky Martin o Robi Draco Rosa surgieron de ahí, abriendo camino para futuras estrellas globales. En su peak, Menudo generó un nivel de euforia comparable al de los Beatles en Latinoamérica, y su influencia se siente hasta hoy en proyectos como CNCO o Magneto. Fue, sin duda, la boys band latina por excelencia, y demostró que el fenómeno del pop juvenil no tenía fronteras lingüísticas.

Menudo

¿Fenómeno pasajero o estructura permanente?

Aunque muchos intentan “jubilar” a las boys band con cada nueva década, lo cierto es que siempre vuelven. A veces con nostalgia (como el regreso de NKOTB), a veces con frescura (como BTS o Stray Kids), pero siempre con esa fórmula que parece eterna: carisma, melodía y conexión emocional.

Tal vez porque, más allá del género musical, las boys band hablan de amistad, pertenencia y emoción colectiva. Y eso, al final, nunca pasa de moda.

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